Se dice que hay un hilo rojo invisible que une a las personas que están destinadas a encontrarse por sus dedos meñiques. Este hilo puede estirarse, encogerse e incluso enredarse, pero a pesar del tiempo o espacio nunca se rompe.
Esta leyenda marcada hasta en la piel de esta pareja fue el ritual elegido para su gran día.
Una boda llena de amor del bueno, así fue la boda de Sara y Daniel. Durante sus preparativos acompañados de su familia y por supuesto de sus perritos se respiraban muchos nervios, pero aún mucho más amor y cariño.
Tanto su ceremonia como el banquete lo celebraron en el restaurante El Hueco, en la provincia de Valladolid. Una boda civil oficiada por un maestro de ceremonias que hizo participe a familia y amigos que hicieron llorar y reír a los novios e invitados con sus anécdotas de cuando eran novios.
Culminaron su día con un baile rodeados de fuego frio donde dejaron a sus invitados boquiabiertos.
El resultado fue un reportaje de boda lleno de momentos únicos e irrepetibles.